Remodelación del final del antiguo cauce del Túria

Una veintena de estudios se presentan para remodelar el final del antiguo cauce del Túria.

El Ayuntamiento de València podrá elegir entre 19 propuestas en el concurso de ideas convocado para seleccionar el mejor proyecto para el futuro Parque de Desembocadura de la ciudad, que pretende acabar el antiguo cauce del Túria en el barrio de Nazaret, según explicó este jueves la vicealcaldesa y edil de Urbanismo, Sandra Gómez.

Los 19 estudios han superado la primera fase del concurso, por lo que cumplen los requisitos y continúan adelante en el proceso. A partir de ahora, tendrán 60 días para presentar sus primeras propuestas de manera anónima y bajo un lema. ¿Pero qué se valorará? Las bases del concurso señalan, como objetivos generales, que las propuestas deben incorporar "la memoria histórica y urbanística" de estos tramos finales del cauce y en su encuentro con el mar, por lo que entre otras cosas, se entregarán 20 puntos.

En cuanto al espacio público, indican las mismas, se tendrá en cuenta la regeneración ambiental y paisajística, la existencia de diferentes espacios de convivencia ciudadana con una "adecuada escala de arbolado", integrando también equipamientos deportivos, dependencias de mantenimiento, y otras zonas de socialización. Esto se valorará con otros 20 puntos.

También se tendrán en cuenta los "valores pedagógicos, ambientales y de gestión", por otra veintena de puntos. Aquí entran aspectos como la sostenibilidad y adaptación al cambio climático, así como el fomento y conservación de la biodiversidad. Y por ejemplo, sólo un cuarto del espacio se podrá dedicar a "pavimentos duros".

La "integración y participación social" se puntuará también hasta 20. Esto significa que se deberá atender el proceso de participación pública, la inclusión de todo tipo de usuarios y grupos sociales, atendiendo a las diferentes franjas de edad e incluyendo actividades para todos los momentos del día y del año. La "accesibilidad universal" y la "mirada de género y de infancia" serán puntos a favor para los proyectos.

Las propuestas también deberán analizar las dinámicas diarias y eventuales del futuro jardín para determinar los usos y condiciones del espacio, contemplando usos culturales, recreativos y pedagógicos, pero sin comprometer "la continuidad y la permeabilidad" del espacio libre, y teniendo en cuenta la versatilidad. Aquí entra el mobiliario urbano también, así como la "articulación y jerarquización de espacios". Otros 20 puntos en este apartado.

Y como no podía ser de otro modo, también se valorará la justificación técnica y económica del proyecto. Y aquí, por ejemplo, se tendrá que examinar que las propuestas proyecten un uso racional de los recursos materiales y humanos para el mantenimiento del jardín, minimizando los costes y los recursos al cuidado del parque. También 20 puntos.

Así pues, con hasta 100 puntos, los miembros del jurado multidisciplinar tendrán que valorar todas las ofertas y seleccionar entre 3 y 5 proyectos de los 19 presentados. Además, se podrán otorgar otros dos accésits si así se considera. Pero también entrará en juego la ciudadanía.

"La implicación activa de la ciudadanía en un proyecto de tan singular relevancia para la ciudad es fundamental y enriquecedor para el resultado final, por lo que tras la selección por parte del jurado de las propuestas finalistas, se abrirá un proceso de información y participación pública", aseguran las bases en ese sentido. La ciudadanía podrá así remitir sus observaciones, sugerencias o propuestas de mejora y los equipos redactores podrán tenerlas en consideración.

Una vez superada esta fase, será el momento en el que los finalistas presenten sus anteproyectos, de manera mucho más detallada y concreta e "incluyendo la explicación, aclaración o desarrollo por escrito o gráficamente de aquellas cuestiones" que hayan integrado a partir de las propuestas ciudadanas, del Ayuntamiento o de cosecha propia. Y se hará la valoración definitiva.

En este proceso de selección final, los objetivos generales pesarán 30 puntos; el espacio público y paisaje urbano, 20; los valores pedagógicos y ambientales, 15; la integración y participación social, otros 15; y los usos y condiciones, y la viabilidad, hasta 10 puntos cada uno.

"Se trata del mismo procedimiento seguido para la Plaza del Ayuntamiento", recordó Gómez este jueves, "ya que son proyectos que por su envergadura y ámbito requieren de más tiempo y trabajo". El futuro Parque de Desembocadura de València está concebido como un espacio con una superficie de algo más de 25 hectáreas (253.000 m2) y se prevé que las obras arranquen en el barrio de Nazaret. El objetivo es finalizar el ajardinamiento del Túria que comenzó hace 35 años y habilitar el parque urbano más largo de Europa.

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